Nada más

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— Yo soy insignificante.

— ¿Por qué lo dices?

— Pues porque es la verdad. Yo no puedo ofrecerte nada, yo no tengo nada para nadie, quizás tiempo y compañía, nada más, y si estuvieramos juntos pues conseguiría algo de dinero para sobrevivir.

— Pero eso no es necesario.

— Sé que no, pero se necesita para vivir. Realmente yo no deseo lujos, ni premios ni cambiar el mundo, ni nada ostentoso, ni complicado. Tengo sueños sencillos, vivir en una casa lo suficientemente amplia para poder tener libros y espacio para caminar y pensar.

— Eso es muy bonito.

— Lo bonito sería poder vivir en dicha casa contigo, tal vez no hayan lujos, ni ninguna comodidad.

— A mi me gustaría.

— Lo importante sería tener libros y poder tener espacio para ver películas y escuchar mucha música, sobre todo leer, leer todo el tiempo. Una casita en un lugar tranquilo, en medio de las montañas, un lugar frío, un lugar como Alaska, donde no haya mucha gente y la vida vaya despacio.

— Me gustaría más un lugar cálido, un lugar como Cuba.

— Me gusta Cuba, yo me adapto.

— Además tendríamos el mar.

— Si, pero lo más importante es que podamos tener espacio.

— ¿Y si yo tengo sueños, y quiero viajar y conocer y aprender y trabajar y hacer cosas?

— Pues vas, yo no puedo prohibirte nada, es tu libertad. A veces te acompañaría, otras no. Pero yo estaré en esa casa, esperando.

— ¿Y estaríamos solos los dos en dicha casa?

— Si, con libros, y música y películas.

— ¿Y niños?

— No lo sé, si llegan bien, si no, no importa. Podríamos tener un par de perros que estén haraganeando todo el día.

— En un lugar del Caribe sería estupendo, con la brisa del mar, y el sol iluminando el paisaje todos los días y poder caminar por sus calles y saludar a la gente y tal vez tomarnos un café por ahí.

— Si, y podríamos ir a la playa muy temprano, y en las tardes estaríamos leyendo unas horas y luego haríamos el amor otro par de horas, todos los días, hasta que estemos agotados pero satisfechos, con todas las ventanas abiertas para que entre la brisa, mientras anochece. Sería fabuloso. Nada más. No quiero nada más.

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