Los rincones de la Buhardilla

Y claro, en esta buhardilla, existen rincones donde hay cosas muy específicas, cosas que se guardan con aprecio, que se mantienen a través del tiempo, que se repasan, son montones de cosas que van creciendo paulatinamente.

Y al combinarse algunas de esas cosas van saliendo lo que se ve después, lo que escribimos y leemos.

Cosas como la música, sobre todo el Blues, luego el Jazz y después una aglutinación de ritmos que van desde África hasta China. Cosas como los libros que son muchos los que hay y pocos los que están acá ordenados, los que hemos leído. Cosas como el fútbol, una extraña pasión que parece no combinar con los libros, pero la cual es mucho más interesante que las simples patadas a un balón.

¿Y el resto de la buhardilla? El resto permanece en un estricto desorden, de cosas que vamos haciendo y aprendiendo.

Comentarios

  1. Las paredes hablan en el silencio del recinto, la luz tenue apenas alcanza a tocarlas y su color azul encendido entra por los ojos pega en las pupilas y pasa hasta el cerebro. Las toco, pasando los dedos sobre esa superficie irregular, sólida, de concreto con el deseo que sean agua o sean cielo para tener un poco de ese infinito perfecto.
    No se si es porque algunos nacemos prendados de esa sensación que es deliciosa y es lastre del cambio constante donde lo único que tenemos es que: me tengo por un tiempo, si tiempo ese maldito veneno y bendito tesoro.

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