¡Levántate!

Barro, lágrimas y barro; enterrado allí se lamentaba, arrodillado, con el barro casi hasta el codo, las piernas enterradas y el frío fango consumiéndolo todo.

Miraba el fango como si este le fuera a responder, seguía llorando, sus lágrimas se mezclaban con el mugre, concentrado y agotado, los rastros de la lucha y del esfuerzo eran notables en su rostro, había caído nuevamente, otra vez, después de haber caído centenares de veces había vuelto a caer.

No es fácil caer, no por el hecho de caer, sino por el dolor que causa, siempre duele, es mucho tiempo y energía que se han gastado y todo para caer, "si hubiese sabido de antemano que iba a caer, no lo hubiese hecho, ni lo hubiese intentado", seguía lamentándose, sentimientos confusos invadían su cabeza, tristeza, frustración ira, decepción.

Lo que duele caer, todo lo que había planeado, todo lo que soñaba, lo que quería y todo eso, todo, muchas cosas; todo para terminar de nuevo entre el barro, enterrado, sucio y llorando; eso era frustrante, no tener la certeza de no caer, de que se va a salir ileso de este intento.

La voz, apareció de repente, o mejor dicho, la oyó de repente, ya la había oído antes, ya la conocía, era su propia voz, le era familiar:

"Con lamentarme no hago nada. Estando aquí nadando en el fango no haré nada, debo pararme, para lo que sea que vaya a hacer después debo pararme, no me puedo quedar acá llorando y gimiendo, necesito y quiero pararme."

Empezó como un susurro, suave, casi con miedo a ser escuchada, como si alguien o algo quisiera callarla, pero esta vez no, esta vez él quedo perplejo, seguía postrado entre el barro, pero ya no se lamentaba, pensaba en la voz, en lo que decía:

"De píe, no puedo seguir así, tengo que ponerme de píe, voy a intentarlo otra vez, ¿y si caigo?...
¡NO IMPORTA! lo intento otra vez, no hay certeza, ¡NUNCA HABRÁ CERTEZA!, por eso tengo que seguir intentando, la vida es esa incertidumbre de triunfar, por eso tenemos que seguir intentado."

"No importa caer, importa levantarse y seguir, al triunfo se llega de píe, intentando, hasta que aprendemos, hasta que llegamos ¿y luego de eso, seremos felices?...
No lo se, eso nadie lo sabe, por eso hay que seguir, para seguir caminando, intentando, a veces cayendo y siempre poniéndonos de píe para seguir andando y aprendiendo."


La voz ya no era un susurro, ahora era clara y fuerte, sonaba con autoridad, alentadora y motivadora, era casi un grito que llenaba cada rincón de su cabeza, de su alma. seguía atento a lo que la voz decía mientras se ponía de píe con decisión.
"!LEVÁNTATE¡..."





Hasta la próxima.






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