Todo cambia

La noche era clara pero fría, tan fría que parecía que el piso se lamentaba y que al aire se había largado a buscar calor en otro sitio.

Él caminaba tranquilo, mirando a lo lejos, caminaba por una de esas calles que conocía tan bien a causa de recorrerla todo el tiempo para llegar a casa.

Sentía frío, estaba tranquilo, cansado pero tranquilo, como siempre la cabeza le bullía en ideas, dudas, apuntes, chistes, recuerdos, situaciones y conversaciones; no sabía si era solo cosa de él, a veces creía que era el único al que le sucedía esto, pero luego se daba cuenta mirando la calle inmensa con algunas pocas almas apresuradas por llegar a casa, por salvarse del frío, que a muchos les pasaba y que era igual a los millones de almas que pueblan éste planeta, se daba cuenta que era insignificante pero con todo el potencial, igual a millones de personas.

Y recordó o imaginó, no lo supo asegurar, una conversación.

....

- ¿Qué nada es eterno?

- No, todo cambia, siempre, de una u otra forma, todo cambia.

- ¿Por qué?

- Porque así es el universo, así son todas las cosas, lo que hacemos hoy, en algún momento concluirá, acabaremos; los que nos acompañan hoy, en algún momento nos dejarán, tomaran otro camino, e irán sin nosotros y nosotros haremos lo mismo.

- ¿Y entonces?

- Sólo eso, que todo cambia, que todos cambiamos, que siempre en el camino cambiará nuestra compañía, que cada cambio será un fin, pero no sólo eso, también será un nuevo comienzo y que con cada cambio tendremos que aprender nuevas cosas o recordar muchas otras.

- ¿y la felicidad y el bienestar?

- Allí estarán o mejor con el cambio los encontraremos.

- Pero si todo cambia, ¿cómo van a estar? ¿dónde van a estar?

- Tenemos la idea falsa que la felicidad y el bienestar son eternos y no, esto no pasa, la felicidad y el bienestar son una consecuencia del aprendizaje, son consecuencia del cambio.
La felicidad no es eterna, porque no está hecha para todos por igual, cada uno se la debe fabricar, la debe moldear, la debe diseñar de acuerdo a lo que quiere y necesita.
La felicidad radica en saber asumir el cambio, en buscar paz y bienestar cuando todo cambia y también cuando todo se derrumba.
La felicidad  se encuentra en aprender, enseñar y compartir, en estar preparados para el fin y sobre todo en estar preparados para comenzar de nuevo, desde cero cuando toca, desde nada cuando es necesario.
La felicidad es poder mantenerse en píe cuando la vida quiere y se empeña en postrarte, es mantener la cabeza erguida a pesar de millones de golpes.
...



Había llegado, tras dejar la calle fría y casi vacía tras de sí, introducía la llave en la cerradura, una puerta, el fin de un camino, el comienzo de otro; otra vez el cambio.





Hasta la próxima.









Comentarios

  1. Maravillosa reflexión Manuel, gracias por compartirla.

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    1. Gracias Naty, por leer y comentar, por compartir un poco de tu tiempo en este blog, un abrazo.

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  2. Muy bello. Naty me recomendo leerlo.

    Perfecto para haberla leido en diciembre 21!

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    1. Muchas gracias por tu comentario, tienes razón, sirve mucho para el 21 de diciembre.

      Saludos.

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