Ideas Fugaces (VI)

¿Dónde está su guardaespaldas, el salvavidas, su apoyo, su soporte?

Pues no está, resulta que la vida se sigue moviendo, los días se empujan unos a otros como personas desesperadas en la fila de un banco. Y el tiempo se va amontonando y los calendarios se van arrumando, y paulatinamente su soporte, su apoyo se va desvaneciendo, resulta que en algún momento se queda sólo, la espalda desnuda y llorando.

Usted sólo, va a sentir miedo, se lo aseguro, se tendrá que hacer cargo de su vida por valiosa o cochina que sea,  y tendrá más miedo que nunca, pero tendrá que aprender a soportarlo, porque si deja que se lo coma el miedo, estará perdido, muy perdido.

Lo importante es que de una u otra forma es lo que ando buscando, una utopía: que cada quien se agarre a si mismo, que cada quien sea su fuente y su sumidero de inspiración, su soporte y su base, una circularidad particular, empezar y terminar en usted mismo.

Al fin y al cabo si se analiza con detenimiento, en el universo vasto e intimidante, nunca podrá encontrar un punto de inicio, un origen, ni un fin, todos los puntos son iguales, usted puede avanzar en una dirección toda una vida y mirar atrás en algún momento y se dará cuenta que no puede ubicarse, está en el mismo sitio que al inicio de la historia.

Todo es circular, por eso es difícil encontrarse como fuente y fin de su alegría y de su desdicha, porque se vuelve una cosa cíclica, enredada y casi frustrante.

En fin, que cada quien tendrá que darse cuenta que su soporte desaparecerá y quedará sólo, putamente sólo y ahí es cuando o despierta o se lo traga el universo.





Hasta la próxima.

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