Volver a escribir

En algún lugar leí que para escribir un maldito párrafo se requería tener un talento extraordinario, estar roto, sensible, o haber leído un millón de párrafos.

Yo no tengo ni lo uno ni lo otro, al final no tengo casi ni tengo vergüenza, solo soy terco, insistente como el viento y regreso como medio para expresar ideas, como medio de desahogo.

 

Uno va mirando hacia atrás y evalúa que cosas ha hecho. En mi caso, creo que muy pocas o ninguna, sin embargo, puedo decir algo, a mi salvaron tres cosas: los libros, la música y el fútbol, y lo siguen haciendo, quizás alguna de ellas en menor medida que las otras, pero siguen siendo esa pequeña que me permite salvarme de hundirme; que me libera de la vida fría e indiferente que nos cobija y nos pesa un millón de toneladas y ejerce una presión de mil atmósferas, esa que nos aprieta el alma con frecuencia.

Así que, parte de ese salvavidas que son los libros, a veces siento muchas ganas de escribir, aunque todo se quede atorado en la garganta, en las manos, sin poder articular bien una idea; a veces todo es una mezcla hirviente sin orden en las palabras.

 

Por otro lado, me gusta esto, escribir y leer, porque genera cosas que ninguna otra genera, porque en el mundo de la imagen explícita, en el mundo donde todo se muestra, donde no queda un resquicio para imaginar algo más, donde todo es transparente y desde el primer instante se conoce y se ve todo, escribir y leer forman una curiosa formar de mantener viva la imaginación, la curiosidad, la posibilidad de imaginar otros mundos, otras imágenes que no se han imaginado antes, que no se muestran, que las palabras no alcanzan a decir.

 

Hace un tiempo escribí una idea vaga que hoy que me parece cierta: detrás de un punto hay toda una historia, que no nos han contado y que podemos siempre imaginar o averiguar.

Retomaré poco a poco, quizás algún día, logre una de tres cosas: causar una carcajada, poner a pensar a alguien o estremecer un instante un alma.

 

Me gustaría mucho que fuera la última opción.

Hasta la próxima.