Ideas Fugaces (III)

Lunes 4 de noviembre. La finísima lluvia se resiste a dejar de caer. Miles de luces se reflejan en el pavimento húmedo de la carretera, producen una agradable sensación en los ojos.

Se queda absorto algunos minutos mirando el reflejo de las luces, instintivamente recuerda un vídeo de Eric Clapton donde sucede algo parecido: los reflejos de las luces en la carretera, la lluvia, la gente caminando y la lluvia cayendo.

Tiene la cabeza llena de ideas, millones de ellas, tantas como hacía mucho tiempo no ocurría, ni siquiera sabe por donde empezar, no sabe como desenredarlas, no sabe como detenerlas o como controlarlas, son un río, que cuando aparece se lo llevan por delante, sin contemplación.

Inundada la cabeza de ideas, pero con la presión en el pecho, aquella presión que es familiar, que siente algunas veces, pocas veces a decir verdad, pero de forma tan intensa que por lo general termina llenándose de rabia, de dudas, de ideas flojas, de idioteces.


"Lástima, con estas ganas de escribir y yo lleno de tanta mierda.

Si escribo ahora, escribiría cosas que a la gente posiblemente no le gusten, y que no van a ayudar a nadie.

Tóxico, muy tóxico."


Sigue esperando un bus, han pasado muchos, pero ninguno de ellos ha parado. Sigue mal diciendo un poco, luego sonríe, mira a lo lejos y sigue pensando, el bus aún no pasa. 


"Sólo queda una posibilidad, seguir trabajando, seguir caminando, seguir insistiendo, ser terco, muy terco, muy muy terco.

Si me rompo o si me estrello contra el mundo o si sufro; si todo es volátil y efímero o si todo es ilusión o si la cago.

Pues bien, tendré que lamerme las heridas, solo como otras veces y seguir, al fin y al cabo hay muchas cosas que sigo aprendiendo a porrazos y de cualquier forma me lamo las heridas y sigo, y a veces vuelvo y la cago, y la cago otra vez, y otra vez, jaja, ya aprenderé.

De todas formas siempre saco cosas buenas de todo esto, tal vez ahora no parece así, pero siempre sale algo bueno y siempre aprendo, tal vez no cuando toca, sino mucho después.

Ahí viene el bus."


Sube al bus, algunas personas de pie, siente el golpe de calor que retrata claramente el fresco frío que hay en las calles. Paga, se acomoda y sigue pensando, mira a través de la ventana sin pensar, solo ve manchas de colores y oscuridad, se suceden rápidamente, no es consciente de ello; sigue luchando contra el desbordado río de su cabeza, de sus ideas. 






Hasta la próxima.









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