Anécdota (II)

Voy caminando y sigo viendo y pensando, algunas veces no le encuentro mucho sentido a todo esto, miro alrededor y trato de ser objetivo. No importa el sitio, la hora o el estado, siempre los pensamientos me asaltan por sorpresa, son de diversas clases, y llegan por montones, como ejércitos.

"¿Por qué hemos montado una sociedad como ésta?, donde se le da más valor al tener y al parecer que al ser y al sentir. Es una cosa extraña, desde que nacemos nos meten la idea de que seamos felices, pero a cada paso que damos nos truncan esa felicidad, porque nos van poniendo una muralla que limita todo para que terminemos encajando en lo que debemos ser."

La cabeza es un hervidero, nunca está quieta, y a veces es molesto y extenuante, a veces no se por donde empezar, las ideas se amontonan sin orden y no salen bien, son como un jardín de niños, todos quieren llegar primero al columpio.

He aprendido a las patadas a controlar la impotencia que causa esa sensación, siempre es difícil y algunas de todas esas ideas quedarán retumbando días hasta que por el simple cansancio se olvidan. Otra idea.

"Llevamos 10000 años sobre el planeta y seguimos engañándonos, siempre creyendo que tener y aparentar garantiza algo de felicidad, pero es mentira.
Suponga que esta en un puta canoa en medio del pacífico, en una noche ojala con algunas nubes. Y empieza a llover, el mar se agita, la canoita se tambalea, usted se agarra con fuerza a los bordes de ella, con tal fuerza que los nudillos se ponen blancos. Está cagado del miedo, puede ser el gobernante del mundo, tener 1000 empleados a su servicio, las cosas más caras, la mejor comida, lo que quiera. En esos momentos todo eso no le sirve para absolutamente nada."

Muchas de esas ideas llegan en momentos extraños, cuando no deberían llegar, a media noche, en algún sueño borroso que luego no recuerdo, el una siesta de algún bus, en alguna clase, mientras conversa con alguien, llegan sin propósito y se quedan sin afán de irse.
"No somos mucho más que lo que vemos y sentimos de extremidad a extremidad, lo que vemos en un espejo, lo que sentimos al caminar, sólo tenemos eso, nuestro ser y nuestro pensamiento. Todo lo demás escapa a nuestro control.
Pero aún así seguimos queriendo dominar el mundo, nuestras vidas cortas las consumimos en el afán de tener y ser, morimos solos y añorando tener 20 años para ahora si ser felices. Triste existencia la humana en ese caso"

Si pudiera ordenar todas esas ideas de una manera armoniosa y ejecutarlas o administrarlas mejor, eso me ahorraría muchos dolores de cabeza, pero si no tengo un manual de como pensar, mucho menos de como ordenar lo que pienso. Solo queda ser lo más consecuente posible entre el pensar y el hacer.






Hasta la próxima


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