Anécdota (I)

La piedrita avanza rápidamente varios metros gracias a la patada anterior, levanta la vista para ver donde cayó, está lejos de su trayecto, la pateo con demasiada fuerza, sigue con la rabia, y la enorme cantidad de ideas que casi siempre le atormentan.


...
- Me hago viejo, ahora me gustan cosas que no me gustaban y me agrada la música que antes no me gustaba, en fin.

...

Que mierda hacerse viejo, es raro, se gana experiencia, se aprende, pero se siente uno más inútil, más vacío y hasta más solo.

Ahora soy más tolerante, ahora pienso cada cosa antes de actuar, no como antes, soy más paciente, aunque es bueno también es extraño.
...


El sol le cocinaba las orejas y la nuca mientras seguía caminando cabizbajo y maldiciendo en su interior.


...
- La mayor cagada de hacerse viejo es que uno ya no puede hacer todo lo que podía hacer antes, el cuerpo cambia, se cansa, se desbarajusta, que mierda.
...


Iba cruzando una calle y se tropezó y cayó, como un tonto, se paro de inmediato; sabía que lo observaban, y que hasta se reían de él, esgrimió una sonrisa falsa y torcida y siguió mientras se sacudía.


...

- ¡Maldita sea!, y la gente se ríe.
Eso, ríanse ahorita, que yo me río luego, ya podré yo reír cuando alguno se caiga...
Porquería.

...

- Voy a mostrarles de lo que soy capaz, a pesar de lo viejo que estoy, voy a conquistar el mundo, voy cumplir cada objetivo, voy a mostrarles que soy un genio, que soy un guerrero, que soy una mula, terco y fuerte, soy un maldito sabelotodo.
...



Y mientras se llenaba de rabia y motivación, apuraba el paso, ya no maldecía, solo quería hacer cada cosa que tenía y quería hacer, hacer cada cosa bien y salir triunfante, el sol seguía sobre su cabeza con indiferencia.





Hasta la próxima.












Comentarios

Entradas populares