Corazón desarmado

Camila era un niña curiosa, llena de energía, a sus cinco años era un ser maravilloso, inteligente, lleno de preguntas e ideas, con ganas de aprender, de conocer, de saber, de jugar y divertirse. Como todos los niños un ser puro, que como siempre pasa cuando se van haciendo adultos van llenando sus cabezas de miedos y pierden la luz de los ojos en un mundo lleno de prejuicios, odios y rencores.

Ricardo era un muchacho como cualquier otro, sabía algunas cosas e ignoraba muchas más, lleno de orgullos, miedos y sueños rotos. Un muchacho de los que atestan este planeta, que son poco útiles y tienen un buen futuro.

Eran como hermanos, se divertían, uno aprendía del otro y se cuidaban mutuamente.

Llevaban largo rato conversando, sobre infinidad de cosas.


...

- Richard, yo ya se como funciona el sistema solar.

- Dime ¿y cómo funciona?

- El sol gira alrededor de la tierra, al igual que la luna, el sol es el centro del universo.

- Si, tienes razón, pero hay que aclarar algo, que la luna a la vez que gira alrededor del sol, también gira alrededor de la tierra.

- Si, pero el sol es el centro del universo.

- No, el sol es el centro de la galaxia, el universo es muy grande, tenemos que aprender y averiguar más cosas sobre eso.

- Está bien Richard.



Luego de un corto silencio y mientras caminaban, Camila, la pequeña maravillosa solto una frase tan sencilla como devastadora y sincera.

- Richard te quiero mucho.



Inmediatamente, a Ricardo el nudo en la garganta le corto el habla y la presión en el pecho casi no lo dejaba respirar, quedo mudo unos instantes y dijo una frase tan corta como estupida.

- Gracias Camila, yo también te quiero mucho.




Al parecer aquella hermosa muestra de cariño le dejo sin palabras, lo noqueó, lo dejo tan tonto que casi ni podía pensar o hablar.

Aquella muestra de cariño le desarmo el corazón y desde aquel momento ya Camila se había ganado el corazón de Ricardo; de la misma manera que todos los niños saben ganarse los corazones más rudos y secos de los viejos más huraños y cascarrabias: con sinceridad y amor.











Hasta la próxima.














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